En una ciudad donde la fe dicta cada paso y el qué dirán ahoga los suspiros, dos mujeres aprenden que el pecado más grave no es desafiar a Dios, sino negar el eco de su propio corazón.
Dulce vive entre rosarios y mandatos, donde la culpa es una sombra fiel y la pureza una prisión. Su mundo es quietud, obediencia y miedo. Hasta que una lágrima en un baño ajeno se convierte en el primer verso de un poema prohibido.
Lupita, con sus tacones altos y su corazón salvaje, camina como si el mundo le perteneciera. No le teme a la luz ni a la noche, pero no sabe que está a punto de encontrar en los ojos de una extraña el espejo de un deseo que no puede nombrar.
Entre miradas que delatan, secretos compartidos en voz baja y una sociedad que vigila con recelo, ambas descubrirán que hay amores que no piden permiso para nacer... pero que a veces, el precio de sentirlos es entregar en sacrificio la propia alma.
Una historia sobre lo que significa amar en silencio, luchar sin alzar la voz y perderlo todo para encontrarse a una misma.