-¡Eres un completo idiota! ¡Sabes el susto que me acabas de dar! ¡Suéltame si no quieres quedarte sin futura descendencia!-Cooper me tiene bien sujeta de las muñecas, las cuales se encuentran a ambos lados de mi cabeza. -¿Enserio crees que con una de tus amenazas me asustas, Charlie? -Te recuerdo que acabaste en el suelo gracias a mi rodilla, ¿realmente quieres correr el riesgo de volver a provocarme?-intento no parecer “débil” delante de él. -Dime, ¿que se te perdió en mi habitación a estas horas de la noche?-pregunta sin hacer caso a lo que le acababa de decir. -Ehh...bueno yo...el baño estaba ocupado y se me ocurrió usar el tuyo-bien Charlie, muy convincente por tu parte. -Si tú lo dices. Solté un gruñido lo suficiente alto como para que me escuche. -Sabes Charlie...-dijo acercándose más a mí. Dirigió su mirada a mis labios e involuntariamente me los humedecí-no te haces una idea de las ganas que tengo de besarte en este momento... Mierda.