Dicen que las almas destinadas están unidas por un hilo rojo invisible, que se estira pero nunca se rompe.
Maddie no creía en esas cosas... hasta que conoció a Shota Aizawa, un chico de mirada cansada y sonrisa escasa, que parecía cargar el peso del mundo sobre los hombros.
Cuando llega desde el extranjero como estudiante de intercambio en Japón, Maddie busca una nueva oportunidad, demostrar que puede ser una heroína a pesar de su inestabilidad emocional y el control imperfecto de su Quirk. Sin embargo, adaptarse no es fácil. Entre reglas estrictas, profesores exigentes y compañeros que la ven como como una extraña mujer que brilla sin sentido pero atrae a todos. Maddie se siente fuera de lugar.
Hasta que lo conoce a él.
Shota es todo lo que ella no es, tranquilo, reservado y misterioso. Pero bajo esa calma hay algo que la atrae de manera inexplicable.
Desde su primer encuentro, algo invisible los conecta. No lo entienden, pero lo sienten.
A medida que el curso avanza, los dos comienzan a compartir entrenamientos, misiones y confidencias nocturnas.
Entre heridas de dos adolescentes, sueños por cumplir y un lazo que parece venir de otra vida, Maddie y Aizawa descubrirán que el destino no se escribe solo con victorias... sino con las personas que elegimos mantener cerca, aunque el mundo intente separarlas.
Y aunque los años pasen, ese hilo rojo seguirá ahí.
Tensándose y enredándose.
Dieciocho años después de haber sido expulsada por amar a quien no debía, Isabela regresa a la hacienda que alguna vez llamó hogar.
No busca venganza... sino respuestas, y tal vez una nueva oportunidad de empezar.
Allí la espera Graciela, la esposa de su hermanastro: una mujer marcada por el miedo, la pérdida y los silencios que Vicente dejó atrás.
Pero entre miradas contenidas, sonrisas robadas y heridas que el tiempo no logró borrar, Isabela se descubre dispuesta a ofrecerle a Graciela algo que ella ya no cree merecer: amor, ternura... y una felicidad que parece imposible.
Porque a veces, el destino te obliga a volver al lugar donde más dolió... solo para mostrarte que también puede ser donde finalmente aprendas a amar.