Cuando sus planes de viajar a Italia se cancelan, Daphne se ve obligada a pasar las vacaciones en California, lejos de su madre y de su vida habitual.
Cuando su verano parecía ser desastroso, se topa con Erik, el hijo de los vecinos de su padre. Él tiene todas las cualidades que Daphne puede odiar de una persona: vacilón, borde... Así que prefiere mantener las distancias.
Pero cuando dos personas, aparentemente opuestas, empiezan a pasar tiempo, pueden empezar a brillar las miradas, las sonrisas y esas pequeñas cosas que hacen que el corazón lata más rápido.
Pero hasta las estrellas, en algún momento, han dejado de brillar.