Catalina jamás imaginó que el último año de su carrera-un quinto secretariado oficinista que estaba a punto de terminar-cambiaría su vida por completo. Su verdadero sueño era ser abogada, y este era el último paso antes de ir a la universidad y estudiar Derecho. Para ella, todo se limitaba a sobrevivir a maestros estrictos, en un colegio totalmente nuevo.
Pero el destino, o tal vez un chofer despistado, intervino.
El tercer día de clases, un bus "equivocado" lleno de caras extrañas desata el pánico en ella. En medio del miedo a no saber cómo volver a casa, encuentra a Tomás, un chico silencioso, bueno y obediente.
Lo que comienza como una necesidad urgente se transforma en una rutina cómplice. Día tras día, asiento tras asiento, su cercanía forzada en el viaje comienza a derribar las barreras. Esta es la prueba de que hay veces que el amor comienza con las coincidencias que uno nunca creyó que se darían.
Sin embargo, ella sabe que en la vida, las cosas no siempre salen como uno quiere.
Lo que se inició con tanta dulzura termina en una dolorosa separación.
Con el corazón roto, ella se enfoca en su sueño de ser abogada. Su camino de estudio, trabajo y la vida la llevarán a conocer a mucha gente y a enfrentar los obstáculos de un futuro ambicioso. Pero el destino no ha terminado su jugada.
A pesar de los años, de otros amores y de todo lo que la vida le depare, el universo le tiene reservado un reencuentro con el chico del bus. Pues Tomás podría ser, después de todo, el amor de su vida.