Prólogo
Tuya, Sin Permiso
Ella no gritaba.
No por miedo, ni por vergüenza.
No gritaba porque entendía que él no lo necesitaba.
La forma en la que sus dedos recorrían su piel, como si estuviera restaurando una obra antigua, perdida en el tiempo... le decía más que cualquier palabra. Con una sola mirada, él la desarmaba. Y con el silencio, la poseía.
El mundo afuera seguía su curso -con autos, relojes y respiraciones aburridas- pero dentro de esa habitación, no existía más ley que la de sus manos.
Y de su voz...
Su voz que no subía el tono, pero se arrastraba como un veneno lento, dulce, innegable.
-¿Ves lo que haces cuando dejas de pensar? -susurró él, con la boca apenas rozando su oído-. Estás perfecta así... rendida, pero aún luchando.
No la tocaba como quien quiere amar.
La tocaba como quien quiere recordar el camino exacto de regreso a su maldita adicción.
Como si ella fuera su única excepción.
Como si romperla fuera la única forma de tenerla por completo.
Y aún así... ella no escapaba.
Porque en lo más profundo de su pecho, entre cada respiración desordenada, algo la empujaba a quedarse.
Y aunque no entendía del todo si lo deseaba, o si era parte de ese juego mental que él perfeccionaba con una sonrisa y un dedo en su cintura...
Ya no era suya.
Ni siquiera suya.
Era,de él!
ERA SUYA, SIN PERMISO!!
Dieciocho años después de haber sido expulsada por amar a quien no debía, Isabela regresa a la hacienda que alguna vez llamó hogar.
No busca venganza... sino respuestas, y tal vez una nueva oportunidad de empezar.
Allí la espera Graciela, la esposa de su hermanastro: una mujer marcada por el miedo, la pérdida y los silencios que Vicente dejó atrás.
Pero entre miradas contenidas, sonrisas robadas y heridas que el tiempo no logró borrar, Isabela se descubre dispuesta a ofrecerle a Graciela algo que ella ya no cree merecer: amor, ternura... y una felicidad que parece imposible.
Porque a veces, el destino te obliga a volver al lugar donde más dolió... solo para mostrarte que también puede ser donde finalmente aprendas a amar.