
Después de la muerte de Marco Aurelio, el Imperio quedó en manos de su joven e inexperto heredero, Cómodo, un hombre narcisista y cruel, amante de los sangrientos juegos del Coliseo. Con miles de soldados muertos por la peste y un pueblo cansado de la guerra, decidió lo impensable: negociar la paz con los germanos. El acuerdo fue claro, ellos no cruzarían el Danubio ni atacarían las tropas romanas. Pero la paz no duró. Los germanos incumplieron su promesa y arrasaron con varios asentamientos del norte. En un ataque de furia y venganza, Cómodo ordenó invadir sus tierras y, como símbolo de su triunfo, tomó prisionera a Gisela, la única hija del rey germano. De cabellos castaños, ojos azules y piel de marfil, Gisela Frey fue llevada a Roma encadenada, y convertida en el trofeo secreto del emperador. Mientras el gobierno se dividía en dos, la economía caía y el Senado se debatía entre el miedo y el deseo por recuperar el control de Roma, el emperador cometía traición.All Rights Reserved
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