En la ciudad envuelta en niebla de Blackthorn, cada calle y cada torre esconden secretos que solo la noche conoce. Entre sombras camina Seraphine, una vampira nacida, única y temida, cuyo poder de absorber y reflejar el sufrimiento convierte el dolor de otros en su arma más poderosa. Cada mirada que se cruza con la suya se aparta, consciente de que está frente a alguien que no conoce límites.
Sin embargo, incluso la eternidad tiene sus grietas. La memoria de su hermana, arrebatada por un clan enemigo, late en su interior como un fuego silencioso, un vacío que moldea cada decisión y que solo ella comprende. Su madre desapareció al nacer, dejando un misterio en su origen que ni los siglos han logrado revelar. Seraphine es un enigma viviente: un nombre que inspira respeto, miedo y fascinación por igual.
Y entonces llegó Lucian Kael, un demonio cuyo destino ha estado entrelazado con el suyo mucho antes de que ambos existieran. Su poder de manipular el flujo vital lo hace tan peligroso como irresistible, un desafío constante a su frialdad y un misterio que amenaza con desvelar secretos que ella aún no está lista para enfrentar.
Juntos descubren que están atados a una profecía ancestral:
"Cuando la sangre y el fuego se unan, el amanecer caerá."
Entre guerras de clanes, traiciones que se ocultan en cada sombra y secretos antiguos que podrían destruirlos, Seraphine y Lucian deberán decidir si su vínculo es la chispa que salvará su mundo... o el fuego que lo consumirá por completo.
En Blackthorn, la oscuridad no solo protege; también revela aquello que los corazones más poderosos temen enfrentar. Y cuando la sangre y el fuego se encuentren, incluso la eternidad podría temblar.
Y cuando el destino los acerque, la pregunta permanece: ¿podrá el amor sobrevivir al fuego que ambos llevan dentro?
-¿Te conozco?
Me mira dubitativo. No creo que sepa quien soy, él no mira a chicas como yo. Él mira a chicas que llaman la atención por ser atractivas, o... fáciles. Mas que nada fáciles.
-No creo que me reconozcas, no soy del tipo de chicas al que miras.
-¿Tengo un tipo de chicas?-ríe- Vaya, lo siento. No puedo reconocerte, y no olvidaría ese rostro, o simplemente a ti-me mira de pies a cabeza y siento mis mejillas arder. No soy atractiva, ni mucho menos fácil. Déjame- Pero tu me conoces a mi, ¿Verdad?-asiento incomoda y sonríe- ¿Tu nombre?
-Nina-digo tímida.
-Nombre de niña inocente-dice juguetón.