La liturgia son los rituales y ceremonias sagradas, los actos que buscan acercarse a lo divino, inclinarse ante la luz sin tocarla, venerar lo puro con respeto y devoción.
El deseo, en cambio, es el impulso humano, prohibido y egoísta, que anhela lo que no debería poseer, que observa la pureza desde la sombra, sabiendo que su roce podría apagarla, pero que no puede evitar buscarla, tocarla, desearla.
Y la liturgia del deseo nace de la unión de ambos: un rezo que surge de la oscuridad, una adoración hacia lo prohibido, hacia la luz que no debería tocarse, pero que el alma ansía. Es la devoción del pecado, que se inclina ante lo puro sin querer destruirlo, y descubre en el deseo su propia forma de fe.
Katy odia a Pablo, y Pablo odia a Katy.
Por cosas de la vida sus madres son mejores amigas y los han obligado a convivir juntos desde pequeños, ¿que pasaría si tienen que pasar en el verano juntos?.
Concluida.
Borrador (sujeto a edición).
(La secuela Un invierno sin ti está entre los capítulos de este libro).