EN LA ISLA DE LOS PERDIDOS, donde los villanos y sus descendientes hacen de las sombras su hogar, dos jóvenes se encontraban atrapados entre travesuras, peleas y secretos que ninguno de los dos podía comprender.
Azalia, hija de Dr. Facilier, había aprendido desde pequeña que la vida en la Isla era dura: solo los astutos sobrevivían, y la magia siempre estaba al acecho. Con su carácter fuerte y agudo, nadie podía intimidarla... excepto tal vez un niño que parecía desafiarla a cada paso.
Edward, "hijo" de Madre Gothel. Creció en la Isla con un ingenio afilado, una sonrisa descarada y una agilidad sorprendente para robar, todo gracias a los trucos aprendidos mientras sobrevivía entre los villanos. Coqueto y audaz, Edward parecía no tener un corazón exclusivo... hasta que conoció a Azalia.
Pero la Isla no da segundas oportunidades. Un día, Edward desapareció sin aviso, dejando un vacío que Azalia no quiso mostrar, aunque todos sabían que la había afectado. Desde entonces, sus noches estuvieron llenas de sueños extraños: luces, risas y presencias cercanas que nunca lograba identificar, sin saber que algo mágico los unía más allá de su comprensión.
Cuatro años después, el destino los arrastraría fuera de la Isla, hacia Auradon, donde sus vidas cambiarían para siempre. Azalia sería elegida para ir a Auradon, sin imaginar que Edward ya había llegado, conocido y respetado como el hijo de Rapunzel, el Heredero del reino Corona. Sus caminos se cruzarían de nuevo, pero el tiempo, los secretos y la magia de la Isla habían dejado cicatrices... y sentimientos que ninguno podía ignorar
Una historia que demostraría que, aunque los caminos se separen, algunas conexiones nunca se rompen.