Gao Tu siempre creyó en el orden, en las reglas y en el amor que construye, no el que destruye.
Hasta que conoció a Shen Welang, un chico con mirada de fuego y un pasado del que nadie hablaba.
Dicen que Welang no siente nada, que solo sabe romper.
Pero cuando lo mira, Gao Tu siente que hay algo detrás de ese caos: una tristeza tan profunda que podría ahogarlo.
Lo que empieza como una atracción prohibida se convierte en un vínculo tóxico, obsesivo, imposible de controlar.
Se aman con la misma violencia con la que se hieren.
Shen lo empuja, lo provoca, lo hace sangrar emocionalmente... pero luego lo busca, lo protege y lo suplica.
Y Gao Tu no sabe si debe huir o quedarse a arder con él.
Entre peleas, secretos y noches que se sienten como heridas abiertas, ambos descubrirán que el amor puede ser una droga, y que una vez dentro... nadie sale ileso.