Tu Motor, Mi Ruina.

La noche era fría, oscura y con un aire que prometía peligro. El rugido de los motores rompía el silencio de la ciudad dormida, y allí estaba Iván, con cada músculo en tensión, las manos firmes sobre el manillar de su moto. La mirada fija en la carretera. El corazón bombeando como si la vida dependiera de la próxima curva.

En otro lugar, lejos de ese mundo clandestino, Alma dormía en paz. Una sonrisa ligera se dibujaba en su rostro después de una tarde con su novio. Para ella, Iván era solo eso: un chico protector, divertido, imposible de ignorar. No sabía que en esas mismas horas, él se jugaba mucho más que una carrera. No sabía que había secretos que podían quebrar todo lo que habían construido. Secretos capaces de arrastrarlos a ambos hacia un destino del que quizá no habría