
7:30 de la noche. Sube las escaleras despacio, contando los peldaños como si temiera equivocarse. La luz del pasillo permanece encendida, amarilla, cálida, inofensiva. Deja el suéter sobre la silla. Se descalza. El sonido leve de sus pasos se mezcla con el tic-tac del reloj que no ha cambiado de lugar desde hace meses. Ata sus rizos con una pinza, respira, suspira. Todo parece igual que siempre, o no.. Esta vez sólo dio 10 pasos.All Rights Reserved
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