Donde las Manjas Dicen Te Quiero / 만자가 사랑한다고 말하는 곳

«Mi silencio era un océano... hasta que su música aprendió a nadar en él.»

Tengo diecinueve años y habito un país de cristal. Para mí, el mundo no suena, se siente: es el vibrar del metro bajo mis pies, el latido de la ciudad contra mi piel, el peso brutal de las miradas que no entienden.

Soy Sangwon.
Soy sordo.
Y estoy perdidamente enamorado del chico equivocado.

Él es la antítesis de mi silencio. Lleva guitarra eléctrica a la espalda y acordes de Lana del Rey en los labios. Estudia música en la universidad y cree que el arte puede salvar almas. Tiene el pelo que siempre le cae sobre los ojos y unas manos que, cuando tocan las cuerdas, crean vibraciones que siento hasta en los huesos.

Ellos dicen que un corazón sordo no puede latir al ritmo de una canción.
Ellos no saben que mi cuerpo es un instrumento afinado para sentir su melodía.

En una Corea que valora la perfección, mi existencia es una grieta en la porcelana: ser sordo ya es un estigma, pero amar a otro chico... es un pecado que no tiene perdón.

Una historia sobre cómo el amor encuentra su propia frecuencia, incluso en el silencio más absoluto. Donde las miradas hablan más que las palabras, y una guitarra eléctrica puede ser el puente hacia un mundo que nunca creíste posible.