Desde hace doscientos cuarenta y tres años, los reinos de Celestria y Drevanor protegen a su gente de los Nocten, sombras surgidas del antiguo reino de Aldoria, gracias al Sangral, un juramento de sangre que une rey y guerrero por generaciones.
Allester Roth esperaba ser rey... hasta que la emisaria Sylvaria lo declara guerrero de Castiel Aureth, el futuro rey de Celestria.
Obligado a protegerlo con su vida, Allester debe enfrentar sentimientos que creía enterrados, mientras cada decisión pone en juego no solo su corazón, sino la seguridad de ambos reinos.
Ser guerrero del rey significa protegerlo... incluso de uno mismo.
"Su deber era servirlo.
Su pecado, amarlo"