𝑬𝒏𝒕𝒆 𝒈𝒐𝒍𝒑𝒆𝒔 𝒚 𝒄𝒊𝒄𝒂𝒕𝒓𝒊𝒄𝒆𝒔

Tara ha aprendido a odiar todo lo que huela a boxeo: el sudor, los guantes, los gritos del público. No es para menos: perdió a su hermano y a su padre por culpa del ring. Desde entonces, dejó de dibujar, de sonreír y, a veces, busca refugio en el humo de un cigarro que no le gusta, pero que le calma el temblor de los recuerdos.

Ahora vive con su mejor amiga Madeline, mientras su madre se pierde entre vuelos y juntas. Todo parece estable (o al menos lo suficiente para sobrevivir), hasta que aparece Miguel Mora, el nuevo estudiante en su escuela... que resulta ser boxeador.

Él no presume, no grita, no parece el típico tipo que busca pelear. Pero su presencia la descoloca.
Y aunque Tara lo odia desde el primer segundo, Miguel parece ver en ella algo que nadie más nota: la chica que solía dibujar para escapar, no para olvidar.

Entre golpes emocionales, silencios compartidos y dibujos sin terminar, ambos tendrán que decidir si el pasado los destruye o los une.