El Canto Silencioso de las Cadenas

El príncipe Aurel, heredero forzoso del trono de Aethel, siempre ha llevado su existencia como una estricta coreografía de deberes y protocolos, un alma ajena a toda pasión genuina. Su gélido destino se ve alterado el día que un esclavo le es ofrecido como tributo por su padre, el Rey, Kai, un joven cuya piel porta la gracia de un bailarín y la melancolía de quien nació entre los seductores velos de "El Nido de Ópalo", un afamado burdel de la capital del reino. Creció bajo el destino de la prostitución de su madre, aprendiendo a cautivar con movimientos y miradas, pero su espíritu indomable aún anhela la libertad.

Aurel vislumbra en la fiera dignidad oculta de Kai la libertad que le ha sido negada, para el estar en el palacio era un cruel recordatorio de la jaula dorada que ahora lo confina. Unidas por el hierro de un grillete y separadas por un abismo de jerarquía y rencor, sus vidas quedan irremediablemente enlazadas dentro de los muros de un palacio infestado de intrigas políticas. Lo que comienza como una relación tensa entre amo y esclavo, en la que los pasos de baile de Kai se convierten en una nueva forma de servidumbre, se transforma, lentamente, en una peligrosa y mutua fascinación.

A medida que el deseo, tildado de prohibido por las leyes del reino, se enciende, Aurel se ve compelido a elegir entre el peso de su corona y el esclavo que le enseña a vivir. Pero en el orden establecido de Aethel, amar a quien se posee es una traición mayúscula que bien podría costarles no solo el poder, sino la vida misma,ya que el amor dos chicos del mismo sexo es cruelmente castigado.