Nunca imaginé que alguien pudiera llegar a mi vida a través de una pantalla y convertirse en todo lo que necesitaba sin saberlo. Nati apareció así, como un rayo suave en medio de mis días tranquilos, con esa forma de hablar que te atrapa y te hace sonreír sin darte cuenta. Al principio éramos solo amigas... pero algo dentro de mí lo supo desde el principio: ella iba a ser especial.
Con el tiempo, empezamos a hablar más, a compartir secretos, risas y esas conversaciones que te hacen sentir que conoces a la persona aunque no la hayas abrazado nunca. Hasta que un día, entre nervios y risas, se declaró. Y sin pensarlo, yo también lo hice. Desde entonces, todo cambió.
Estar con ella era como tener el mundo en pausa. Cada palabra, cada risa, cada "te quiero" hacía que todo alrededor desapareciera. Pero el amor a veces no basta, y la distancia duele más cuando no puedes hacer nada. Sus padres no aceptan lo que siente, y ahora está lejos, sin su celular, sin forma de hablarme.
Es difícil despertar sin su mensaje, sin su voz. Me siento vacía, como si el cielo me la hubiera quitado por un rato demasiado largo. No sé si volverá pronto, ni cuánto tiempo pasará... pero sé que la amo, que la esperaré, y que cuando vuelva, voy a correr hacia ella como si el mundo entero me empujara a hacerlo.
Porque este libro no es solo una historia de amor.
Es una promesa.
Una espera.
Una carta abierta al destino, que dice:
"Nati, cuando te vuelva a ver... el tiempo se detendrá otra vez."
HISTORIA TOTALMENTE MÍA.