No recuerda cuándo la música se volvió su única voz... solo recuerda el sonido del mar aquella noche en que perdió a sus padres. Nacido en México con un cuerpo débil, pero un oído absoluto que roza lo inhumano, Ángel aprendió a convertir su dolor en melodías. Desde los pasillos de un orfanato polvoriento hasta los escenarios imaginarios de su mente, cada nota era un suspiro, cada acorde una herida.
El destino cambió cuando una mujer japonesa, conmovida por su manera de tocar el piano, decidió adoptarlo y llevarlo a Japón. Ahí comenzó una nueva vida, una donde el idioma no era un obstáculo, porque su verdadero lenguaje siempre fue la música.
Ya en la preparatoria, Ángel es un joven reservado, siempre con los audífonos puestos y la mirada perdida entre partituras. Puede tocar cualquier instrumento, cantar en tres idiomas y modular su voz con una naturalidad que desconcierta. Pero aunque su talento deslumbra, su corazón sigue marcado por la soledad.
Todo cambia una tarde cualquiera, cuando una tímida chica llamada Hitori Gotoh "Bocchi" lo escucha tocar guitarra en el parque. Esa coincidencia marcará el inicio de una melodía compartida: la historia de dos almas distintas que aprenden a hablar a través del mismo ritmo.
Ángel descubrirá que la verdadera música no solo se toca...
se vive, se siente, y sobre todo, se comparte.