Creo firmemente que todo llega a su tiempo, y aunque me muera de ganas por ser abrazado, por recibir besos y caricias en la oreja, por sentir la compañía y el calor de alguien que esté a mi lado acariciando mi cabello mientras escribo sobre mis "problemas amorosos", ya no llevo tanta prisa, también me he vuelto más flexible. En este mundo, no soy mas que una simple hoja de papel, que espera pacientemente que alguien escriba sobre ella. No espero la mejor caligrafía, ni los mejores escritores; espero buenas experiencias. Entiendo que quien me acepte me aceptará con la libertad que me caracteriza, con mi necesidad de respeto a mi espacio y mi tiempo, que se enamorará de mi cuerpo, pero más de las notas musicales que toca mi corazón, yo lo espero.