
De niños juramos ser inseparables. De adolescentes nos prometimos un futuro. De adultos... nos convertimos en nuestra peor condena. Él fue mi luz, mi calma, mi verdad más pura. Yo fui su hogar, su risa, su niña favorita. Hasta que la vida decidió que crecer también significa romperse. Hoy él intenta ser lo que un día fuimos. Pero yo ya no soy esa niña que le entregaba el alma sin condiciones; ahora soy la mujer que aprendió a sobrevivir en la oscuridad, la que guarda cicatrices en el alma y secretos en la piel. La que ya no debe amar, y prefiere perder antes que volver a arrodillarse. Nos quisimos. Nos dañamos. Nos perdimos. Y aun así... algo arde entre nosotros, una llama que no muere aunque debería. Ya no somos inocentes. Ya no somos promesa. Somos deseo, culpa, poder, rencor... y una obsesión imposible de apagar. Porque hay amores que no nacen para salvarte. Nacen para consumirlo todo. Incluyéndote a ti. Y en este juego donde él domina... yo aprendí a ser la que no se deja destruir.All Rights Reserved
1 part