
(inspirado en la canción ~O Superman~ de Laurie Anderson) Dicen que hay lugares que respiran, que conservan voces aunque nadie viva en ellos. El apartamento de la calle vacía era uno de esos. Cada noche, una melodía triste se filtraba por las rendijas, como si la casa recordara a quien la habitó por última vez. Lucía llegó buscando a su hermano, desaparecido tras escuchar una vieja canción: "Y me desvelo sin razón". Solo llevaba un casete y la esperanza de encontrar respuestas. Pero al presionar play en aquel antiguo reproductor cubierto de ceniza, lo que despertó no fue la música, sino algo que dormía en el aire: un eco humano, eléctrico, que pedía volver a casa. Desde entonces, dicen que la voz sigue sonando entre las paredes. Una súplica repetida por la máquina, un lamento que ya no distingue entre lo vivo y lo grabado.All Rights Reserved
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