Amanda Evans aprendió muy pronto que el mundo no salva a nadie.
Tenía diez años cuando su padre se suicidó, dejándole solo una nota y un vacío que jamás volvió a cerrarse.
A los catorce vio morir a su madre, apuñalada treinta y siete veces por su padrastro frente a sus ojos. Luego, la oscuridad.
Termina en Blackthorn, el orfanato para los chicos que nadie quiere. Allí aprende a no preguntar, a no llorar, a no existir. Hasta que escapa.
Su huida la lleva a Escocia, a la aislada y fantasmal condado de Misterya Hollow.
Una casa hostil.
Un tío hecho pedazos.
Dos primas dispuestas a destruirla.
Y Misterya Academy, una escuela que no es una escuela, sino una catedral profanada construida sobre el silencio.
Allí Amanda descubre que su abuela murió en circunstancias misteriosas. Para revelar la verdad, deberá adentrarse en los secretos de la academia, descifrar enigmas ocultos y enfrentar sellos que protegen algo aterrador.
Entonces aparece Roberto Cafiero.
Origen italiano. Ojos de hielo. Un enigma viviente.
No busca nada. No explica nada.
Y sin embargo, siempre está ahí, un respiro antes de que algo suceda.
Amanda lo teme. Lo desea.
Y descubrirá demasiado tarde que él no está allí por casualidad.
Roberto ha llegado para salvarla de un destino que ya la reclama.
Pero su amor es prohibido.
Maldicho por fuerzas que no perdonan.
Un romance gótico, visceral y despiadado.
Un amor imposible, marcado por el destino y maldito por aquello que no tolera ser desafiado.
Un vínculo que salva y consume, que desafía las leyes de la luz y la oscuridad.
Siempre al borde entre la vida y la muerte, suspendidos en un hilo que ni siquiera el amor puede salvar.
Extrovertido. Correcto. Arrogante.
Esas son las palabras que pueden describir a la perfección a Mateo Lombardi.
El abogado más cotizado de Italia no tiene tiempo para distracciones. Mucho menos para dramas ajenos. Con una vida perfectamente estructurada y emociones cuidadosamente archivadas, Mateo no cree en el amor, la familia ni en nada que no se pueda controlar desde su teléfono o una sala de juicio.
O al menos, eso es lo que siempre creyó.
Hasta esa noche en donde el destino le arrojó a una pequeña y desamparada bebé. No habla. No lleva identificación. Nadie la reclama. Y, por alguna razón inexplicable, se aferra a él como si fuera lo más seguro del mundo.
De la noche a la mañana, Mateo se ve obligado a asumir un papel que nunca quiso.
Es así que, en medio de su desesperación, alguien más llega a su vida.
Scarlett Riva
Audaz. Inteligente. Imprudente.
Para Scarlett, ser niñera no es su trabajo ideal, y mucho menos trabajar para un hombre emocionalmente bloqueado tampoco es su sueño. Sin embargo, debido a situaciones desesperadas, termina compartiendo techo con Mateo, convirtiéndose en la única persona capaz de enfrentar al gran abogado Lombardi.
Ella cree en el caos.
Él, en el control.
Una historia sobre corazones rotos, heridas invisibles y la posibilidad de amar cuando ya no creías ser capaz de hacerlo.