
Narrado en primera persona, sigue a un joven que, tras una noche de fiesta en la residencia, termina en la habitación de una chica que siempre le ha fascinado -una figura enigmática, herida y contradictoria, a la que ha acompañado en silencio durante meses. A través de un tono confesional y nostálgico, el texto retrata el desencuentro entre dos mundos: el de quien ama con ternura y espera algo verdadero, y el de quien solo busca apagar vacíos momentáneos. Lo cotidiano -el café de máquina, las maletas, los pasillos, los compañeros que se van- se mezcla con la carga emocional de lo no dicho, de los gestos mínimos que revelan más que las palabras. El protagonista, atrapado entre la lealtad a su novia y el deseo de esa chica imposible, se despierta al amanecer enfrentando la realidad: ella se ha ido sin mirar atrás. Solo quedan un mechero, una goma del pelo y una alianza olvidada, símbolos del amor no correspondido y de la culpa. En última instancia, el relato es una elegía sobre la juventud y sus despedidas: sobre cómo a veces amar significa quedarse con lo que el otro olvida, y con la duda, punzante y eterna, de si alguna vez fuimos algo para quien nos dolió tanto.All Rights Reserved
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