El Legado de la Ceniza y la Luz

El destino de la Princesa Astrid fue sellado al nacer. Hija de una concubina y heredera de un linaje mágico y solar de su madre (originaria del legendario Reino de Xylos), su cabello blanco como la nieve era una afrenta a la fría y poderosa Emperatriz Sury (la esposa legítima del Rey). Repudiada por Sury tras la muerte de su madre, Astrid fue exiliada al campo más remoto para ser olvidada.

Pero el olvido se convirtió en su forja.

Ajenos a la intriga de la corte, el misterioso Maestro Zephyr descubrió a la niña y la tomó bajo su tutela secreta. Durante años, Astrid no solo dominó la estrategia y la espada, sino que despertó los inmensos poderes de la Luz de su abuelo. Zephyr, además, le impartió sus dones más letales: el conocimiento de la Medicina y el arte letal de los Venenos, convirtiéndola en una mujer capaz de sanar o exterminar con igual destreza.

Ahora, con el Gran Rey de Xylos moviendo sus piezas para reclamar a su nieta perdida, Astrid (con la gracia de una reina y el filo de una asesina) es obligada a volver. Su retorno se complica con la llegada de un apuesto y poderoso Rey extranjero en busca de alianza, cuya atención es codiciada tanto por ella como por la celosa Emperatriz Sury.

La corte ve a la Princesa del exilio como un peón insignificante. No saben que el velo de la sumisión oculta a una guerrera que ha venido a recuperar lo que le fue arrebatado.

En el juego de tronos, el poder no se toma con ejércitos, sino con la verdad, la espada y un veneno indetectable.