La princesa Azula de la Nación del Fuego, nacida con suerte, una alfa.
El orgullo de su padre.
Fue encaminada por el Señor del Fuego, su padre, a buscar al Avatar.
Ella organizará su propio grupo de élite.
Sus dos amigas: Ty Lee, una omega traviesa y coqueta, y Mai, una beta distante y calculadora. Un equipo equilibrado.
Aunque Mai estuviera lejos, en Omashu, porque su padre era gobernador allí, las cosas se pondrían algo... intensas entre Azula y la pequeña omega.
Ty Lee no podía evitar fijarse en cada gesto de la princesa, cada movimiento elegante y seguro, cada mirada dorada que parecía quemarla suavemente. Quería provocarla, acercarse demasiado, rozar su hombro, reír demasiado alto... y, sobre todo, romper esa coraza fría que Azula siempre llevaba.
Azula, por su parte, sentía la presencia de Ty Lee como un calor inesperado, que se colaba entre su disciplina y su control. No podía negar la manera en que la omega la miraba, cómo se acercaba con risas juguetonas, con esa seguridad inocente que parecía desafiar su autoridad... y, sin querer, algo en su pecho se agitaba.
Después de casi dos años sin verse, la tensión era imposible de ignorar. Cada gesto de Ty Lee era un desafío, un recordatorio de lo que Azula no podía -y no quería- admitir: que aquel juego de sonrisas, risitas y miradas prolongadas comenzaba a encender algo dentro de ella que ni la guerra, ni la corona, ni la sangre real podían sofocar.
El aire entre ellas se volvió denso, cargado de emociones contradictorias: deseo, curiosidad, ternura... y un romance latente que aún ninguna de las dos se atrevía a nombrar. Pero estaba allí, como un fuego oculto listo para prender.
Esta es una historia alternativa basada en Avatar: La Leyenda de Aang, centrada en Azula y Ty Lee dentro de un universo omegaverse.
Los personajes pertenecen a Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko.