En un prestigioso internado rodeado de montañas y neblina, donde las normas son estrictas y las apariencias lo son todo, dos chicos con pasados muy diferentes terminan compartiendo el mismo techo, la misma rutina y el mismo silencio lleno de electricidad.
Gao Tu, 17 años, es transferido en mitad del semestre. Su carácter es reservado, casi impenetrable. No habla de su familia, ni de su pasado, ni de lo que dejó atrás. Se mueve con una calma fría, como si nada pudiera afectar su corazón.
Pero en realidad, ha aprendido a protegerse: confiar duele, abrirse duele más.
Shen Wenlang, 19 años, es el alumno más admirado del internado. Capitán del equipo de atletismo, inteligente y con una presencia que nadie se atreve a desafiar.
Su sonrisa parece segura, pero tras ella esconde cansancio, presión y una sensación de vacío que solo él entiende.
Nadie esperaba que dos personalidades tan opuestas chocaran… y comenzaran a arder.
Al principio, lo suyo es competencia, desafío, orgullo.
Ambos se observan, se provocan, se estudian.
No buscan acercarse… pero sus miradas lo dicen todo.
Lo que comienza como rivalidad, pronto se convierte en tensión.
Lo que se siente como enojo, se convierte en intriga.
Y lo que parecía imposible, termina siendo inevitable.
En el silencio de las noches compartidas, en los roces de los pasillos, en las discusiones que dejan los corazones acelerados…
Se darán cuenta de que lo que sienten no es odio.
Nunca lo fue.
Es amor.
De ese amor intenso, difícil, innegable.
Y aunque el mundo puede juzgarlos, ellos aprenderán a elegir lo que realmente importa:
Elegirse el uno al otro.