
"El tiempo muere" es una pieza introspectiva que explora la fragilidad de la memoria y la ilusión con que la nostalgia reconstruye el pasado. A través de una experiencia aparentemente cotidiana, una caminata por la ciudad y el aroma que despierta un recuerdo, el narrador se sumerge en una reflexión sobre la naturaleza del tiempo, la percepción y el deseo. El texto transita entre lo sensorial y lo filosófico: la visión de una casa elegante, el olor del aire y el movimiento de las cortinas se convierten en portales hacia un pasado difuso que tal vez nunca existió. El protagonista, atrapado entre la evocación y el presente, se enfrenta a la sospecha de que aquello que añora no es más que una invención de su propia necesidad. Así, el recuerdo se revela como una construcción emocional más que como una verdad, y el tiempo aparece no como una línea continua, sino como una serpiente que se devora sin cesar, incapaz de morir del todo. Con una prosa cargada de imágenes sensoriales y un ritmo pausado que imita el vaivén de la memoria, "El tiempo muere" combina lo íntimo y lo universal: el duelo por el tiempo perdido y la conciencia de que incluso nuestras nostalgias pueden ser espejismos.All Rights Reserved
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