Olvida todo lo que crees saber. Esas historias que te contaron al calor de la hoguera no eran simples cuentos. Eran ecos. Lejanos susurros de un mundo donde la magia no murió, donde respira con la furia de un dragón y la delicadeza del primer copo de nieve.
Existe un reino donde las pesadillas y los sueños chocan como ejércitos, y de su batalla nacen las leyendas. Aquí, una zapatilla de cristal no es un adorno, es un juramento de hierro y luz, un desafío lanzado al destino. Una manzana envenenada es la semilla de una venganza que puede congelar corazones y derribar reinos. Y un espejo mágico no muestra tu reflejo, sino el abismo infinito de tus mayores ambiciones.
En este universo, una alfombra no vuela, ¡devora el cielo! Un simple repique de campanilla puede desgarrar el aire y convocar tormentas de polvo de estrellas. Un niño que le robó la llave del tiempo a la muerte ríe desde las copas de los árboles, desafiando a los mismos dioses. Aquí, las historias de hermanas divididas entre el hielo y el fuego, de bestias con almas de príncipes y de sirenas que cambian su canto por un alma, no se leen... ¡se viven!
Cada acto de valentía, cada traición en la oscuridad, cada lágrima de amor perdido, es un latido en el corazón del gran Telar del Destino. ¿Crees que conoces a los villanos? ¿Y si su maldad es solo el grito de un dolor ancestral? ¿Crees que los finales felices son eternos? Aquí, cada "para siempre" es una batalla ganada, no una guerra terminada.