10 parts Ongoing Rin llega pensando en pases letales, no en conejos. Bunny Iglesias, 19 años del FC Barcha -cabello blanco, ojos rojos que devoran como animal primitivo-, lo espera con un "¡Japonés, bienvenido al baile!" y un guiño que quema. Una semana: canchas al alba con tijeras aéreas que rozan estrellas; rooftops donde manos ásperas de Bunny trazan abdominales de Rin, besos en capós calientes -dientes en cuellos, gemidos ahogados, "tócame como tocas el balón"-, sábanas revueltas en playas con promesas locas. Sae acecha en sombras: el hermano mayor, mediocampista blanco del Real, que cargó a Rin bebé, prometió duelos delanteros y lo destrozó con un "cambia de posición". Amor-odio venenoso -Sae, ídolo roto que Rin odia por romperlo, ama por armarlo.
En un arrebato, playa improvisada: Lavinho ebrio testigo, anillos de plata simple. "Promesa, no legal -eres crío-, pero mío, mi demonio". Rin dice sí, con sal marina en los labios.
De vuelta, desastre: Shidou deja un live encendido. Rin y Bachira charlan -anillos, besos, dramas Itoshi- para miles. Sae, en España, congela: su "hermanito", el de paletas derretidas y atardeceres playeros, shippeado con el conejo que odia.
Fútbol es guerra. Esto es corazón expuesto: rebelión contra Sae, Bunny irrumpiendo como gol imposible. ¿Sae vuela furioso? ¿Bunny rescata?