¿Alguna vez has sentido el amor como un fuego que quema más allá de la razón?
¿Ese que no pide permiso, que arranca raíces y rompe cadenas con la fuerza de un huracán en el pecho?
Imagina el peso de un vestido que no es tuyo.
El eco hueco de promesas vacías repitiéndose en un altar que nunca elegiste.
El mundo entero esperando un "sí" que se atraganta en la garganta, veneno disfrazado de destino.
Ahora, imagina una mirada.
Su mirada.
Cruzando la habitación, un rayo de luz en la penumbra de la mentira.
Un solo instante donde el tiempo se detiene, el ruido se apaga, y solo queda...
El latido compartido. El pulso de una verdad prohibida, hermosa y feroz.
Es el amor que no cabe en los contratos, que desafía los apellidos y los tronos de oro.
Es la llamada salvaje que grita más fuerte que los votos, más urgente que las tradiciones.
El que te susurra al oído, no con palabras dulces, sino con un imperativo de libertad:
"Huye. Huye conmigo. Que todo arda, menos esto."
"La Última Llamada Nupcial" no es un aviso para tomar asiento.
Es el instante en que ese amor estalla en tus labios no como un beso, sino como un grito.
Explosión que vuela pétalos, silencia violines, que convierte el camino al altar...
...en tierra de nadie donde pisas tu primer acto de libertad.
Dos mujeres opuestas se cruzan en el brillo falso del Miss Universo: Stephany, rígida y disciplinada; Fátima, libre y desbordante. Lo que debería ser rivalidad se vuelve una atracción que desafía su autocontrol y las reglas del certamen.