A mediados de los años ochenta, miles de adolescentes cubanos fueron enviados a estudiar a escuelas levantadas en medio del campo, lejos de sus familias y de las ciudades. En aquellos lugares, donde la tierra roja se mezclaba con el olor de los naranjales y los sueños con el sudor, una generación entera comenzó a descubrir la vida, el amor, la rebeldía y la pérdida.
Sola 14 fue una de esas escuelas. Allí, en el corazón de la Sierra de Cubitas, un grupo de jóvenes aprendió a forjar su carácter entre surcos, clases, bromas nocturnas y esperanzas que parecían infinitas.
El autor, uno de aquellos muchachos, reconstruye en estas páginas la historia de su generación: las madrugadas heladas, las risas compartidas, los amores de miércoles, la pasión por la radio y el teatro, los saltos en paracaídas que desafiaron el miedo, y también la sombra inevitable de la muerte que dejó marcas imborrables.
Tras más de 35 años, los protagonistas se reencuentran en sus páginas y sueñan desde la realidad de su vida actual, con la añoranza por una juventud que ya ha pasado, pero que siempre estará presente.
¿Qué pasaría si un día la FIA se levantara y decidiera: "¡Un momento! Demasiados pilotos son... un poco gay's. ¡A partir de ahora, les prohibimos volver a conducir!"
Que pasara con nuestros gay's, digo nuestros pilotos. Pues fácil, una pequeña guerra contra la Fia. Con amores desvelados, nuevos amores, palas, muchas palas. Pilotos retirados, nuevos, actuales.
Todos se reunirán con un único objetivo, acabar con la Fia.