
Dicen que uno no elige la vida que le toca, pero Santiago no deja de preguntarse en qué momento empezó a joderse todo. Creció rodeado de ruido, de golpes y de sueños que se rompieron antes de nacer. Su historia no busca lástima ni redención: es la voz de quien se mira al espejo y ya no reconoce lo que ve. Un relato sobre la culpa, el deseo y el punto exacto donde la esperanza se apaga. Pero esta historia no trata de santos ni de redenciones. Trata de la herida que todos llevamos y de lo que hacemos cuando el dolor se vuelve rutina.All Rights Reserved