En un mundo donde la luz y la sombra se niegan a mezclarse, Elara Daheneris es un espejismo de gracia etérea. Con su cabello dorado y unos ojos verde oliva que reflejan la calma de un bosque antiguo, se mueve con la delicadeza de un hada, especialmente cuando baila. Ella es la gentileza personificada, una mujer que vive en los susurros y la belleza, sin saber que su existencia está a punto de colisionar con la más peligrosa de las realidades.
Karim Donovan es esa realidad. Un hombre que solo conoce el lenguaje del poder, el cinismo y la obediencia, karim es el implacable capo de un imperio que se construye sobre el miedo. Con unas finas facciones que delatan su estirpe italiana y un cabello negro como la noche, su única cualidad llamativa son sus ojos verdes, fríos y penetrantes como esmeraldas pulidas-unos ojos que nunca han conocido la debilidad. Es egocéntrico, grosero y terriblemente serio.
La noche que elahara subió al escenario, karim no buscaba el amor. Buscaba control. Pero cuando la vio, girando en un torbellino de seda y luz, el corazón de piedra del mafioso se hizo añicos. En ese instante, la delicada danza de Elahara se convirtió en la música más peligrosa de su vida, y él se quedó perdida e irrevocablemente enamorado.
Ahora, la obsesión de Karim no conoce límites. Él la quiere, no como a una posesión, sino como a la única luz que puede redimir (o condenar) su alma oscura. Ella, sin embargo, representa todo lo que él juró destruir: la inocencia.
Esta es la historia de una bailarina convertida en la presa más preciada y de un mafioso que debe decidir si está dispuesto a quemar su mundo entero para mantener la única cosa que realmente desea, o si el amor de un ángel es la penitencia que finalmente lo destruirá.