5 parts Ongoing Jimin nunca había tenido interés en el arte. No porque no le gustara, sino porque nunca había sentido la necesidad de intentarlo. Pero con el cumpleaños de su novio acercándose, decidió que un regalo comprado no sería suficiente. Haría algo con sus propias manos, algo significativo.
Por eso estaba ahí, en un estudio con olor a óleo y carboncillo, rodeado de bocetos anatómicos y lienzos sin terminar. En teoría, para aprender. En la práctica, no estaba seguro de que fuera a lograrlo.
Y entonces lo vio.
Su profesor, un hombre un poco mayor, con gafas cuadradas y unas manos pálidas y tan masculinas que lo hicieron tragar saliva.
Un problema.