Sarah creyó haber escapado del Laberinto.
Camille pensó haber salvado a su madre de las sombras.
Pero en el mundo mortal, la libertad es solo otra forma de condena.
Ambas intentan rehacer su vida: una en los bordes de una cordura frágil, la otra aprendiendo a existir entre humanos que no sienten la llamada del poder ni el temblor de la magia.
Mientras tanto, Velkan y el joven Kyriel -dos almas unidas por la pérdida- sobreviven a medias, tocados por la oscuridad que el Laberinto dejó en su sangre.
Padre e hijo por destino, por desgracia... y por amor.
Y en lo más hondo del tiempo, un reloj avanza.
Sus manecillas no miden horas, sino promesas:
cuando la última dé la vuelta, el eco del rey volverá a abrir los muros de su reino,
y ninguna plegaria ni muro humano podrá impedirlo.
Porque hay amores que no perdonan el olvido,
y juramentos que se cumplen incluso después de la muerte.
Ella lo soñó, él lo escribió en la piedra de su memoria:
"El amor jamás nos libera, nos ata, nos encadena y esclaviza dulcemente...."
Nota de la autora:
En esta segunda entrega aparecerán figuras y nombres inspirados en la mitología, la literatura clásica y la tradición esotérica, entre ellos algunos pertenecientes al Ars Goetia y a la simbología del grimorio medieval. Sin embargo, su inclusión no responde a una visión religiosa ni demonológica: estos seres son tratados como entidades arcanas, espíritus primordiales o fuerzas poéticas que representan los extremos del deseo, la memoria y la obsesión.
Asimismo, personajes de la cultura onírica -como Sandman o Morfeo- se integran en la historia como manifestaciones del sueño y la mente humana, en diálogo con el universo del Underground y su mitología original.
El propósito de esta reinterpretación es enriquecer el simbolismo del relato, no invocar ni promover creencias oscuras, sino explorar, desde lo literario y lo emocional, el poder transformador -y a veces destructivo- del amor y el deseo.
Addison Rose Maris Montclair, hija de Ariel y Eric, creció protegida tras ser secuestrada por Úrsula. Sus únicos amigos eran Ben, el futuro rey de Auradon, y Jane, hija del Hada Madrina. Pero cuando sus padres deciden enviarla a Auradon para hacer nuevos amigos, no imaginaban que los hijos de los villanos también estarían allí.
Mientras todos temen a los VKs, Addison los apoya sin dudar. Pero cuando Mal regrese a la Isla de los Perdidos y piratas la secuestren junto a Ben, su lealtad será puesta a prueba. Peor aún... ¿qué pasará si se enamora de uno de sus enemigos naturales?