El Beso del Abismo:Dulce condena,Dulce Eternidad

El mar es un amante celoso. Lo reclama todo para sí: barcos, cuerpos, promesas, memorias. Bajo sus aguas, la belleza no es más que un disfraz; lo que oculta en realidad es hambre, un deseo que nunca se sacia.

Desde lo profundo, los cantos de las sirenas se alzan como plegarias rotas. Sus voces son dulces, pero su verdad es amarga: no nacieron para amar, sino para condenar.

Y entre todas ellas, estaba Nerissa. La más hermosa, la más oscura, la más cruel.
Ella no conocía el significado de la compasión. Su canto era veneno, su mirada un anzuelo. Los hombres que caían bajo su hechizo no volvían jamás a ver la luz del sol.

Hasta aquella noche de tormenta.
Hasta que el mar le arrojó a un hombre que no tembló ante sus ojos, ni se quebró bajo el filo de su voz.
Un hombre que la desafió incluso cuando el agua lo devoraba.

Lucian.
Él no era como los demás. No estaba destinado a morir... sino a arrastrarla consigo, hasta el borde de un abismo del que ni siquiera una sirena podía escapar.

Y el mar, eterno y silencioso, fue testigo de que lo que comienza con un susurro... puede terminar con un beso que condena.