Hay historias que no empiezan con una sonrisa, ni con un beso, ni con un encuentro perfecto.
Hay historias que nacen del cansancio... de ese cansancio que uno carga sin saber cómo poner en palabras.
La historia de Alma y Erevan es una de esas.
Alma aprendió a sobrevivir antes de aprender a vivir.
Se acostumbró a sostenerse sola, a guardar lo que duele, a callar lo que le pesa para no ser una carga.
Hay días en los que siente que su alma es un cuarto lleno de cosas que nunca se atrevió a soltar.
Y aun así, sigue.
Respira.
Camina como si no temblara por dentro.
Erevan, en cambio, es un silencio con forma humana.
No porque no sienta, sino porque cada vez que sintió... algo dentro se rompió.
Se volvió experto en desaparecer emocionalmente, en esconder lo que lo quiebra, en mirar hacia otro lado para no enfrentar su propio vacío.
Prefiere ser sombra antes que volver a arder.
Y, aun así... se encuentran.
No como dos personas, sino como dos heridas que se reconocen.
No como destino, sino como una casualidad que duele demasiado para ignorarla.
Esta historia no intenta ser linda.
No intenta ser perfecta.
No intenta encajar en lo que se supone que debería ser una historia de amor.
Porque esto no es amor fácil, ni amor rápido, ni amor que salva sin romper.
Es un amor extraño.
Un amor que arde y calma a la vez.
Un amor que duele porque te muestra todo lo que no querías ver de ti mismo.
Aquí no vas a encontrar flores ni promesas.
Vas a encontrar silencios.
Verdades que duelen.
Conversaciones que nunca se dicen en voz alta.
Heridas que vuelven a sangrar cuando menos lo esperas.
Y momentos pequeños... pero tan reales que se sienten como un refugio dentro del caos.
Si alguna vez has amado en silencio...
si alguna vez has cargado un dolor que no sabías cómo explicar...
si alguna vez has querido irte y quedarte al mismo tiempo...
entonces esta historia también es tuya.
Bienvenido al mundo de Alma y Erevan.
Aquí no prometo finales felices.
Solo prometo ver
Extrovertido. Correcto. Arrogante.
Esas son las palabras que pueden describir a la perfección a Mateo Lombardi.
El abogado más cotizado de Italia no tiene tiempo para distracciones. Mucho menos para dramas ajenos. Con una vida perfectamente estructurada y emociones cuidadosamente archivadas, Mateo no cree en el amor, la familia ni en nada que no se pueda controlar desde su teléfono o una sala de juicio.
O al menos, eso es lo que siempre creyó.
Hasta esa noche en donde el destino le arrojó a una pequeña y desamparada bebé. No habla. No lleva identificación. Nadie la reclama. Y, por alguna razón inexplicable, se aferra a él como si fuera lo más seguro del mundo.
De la noche a la mañana, Mateo se ve obligado a asumir un papel que nunca quiso.
Es así que, en medio de su desesperación, alguien más llega a su vida.
Scarlett Riva
Audaz. Inteligente. Imprudente.
Para Scarlett, ser niñera no es su trabajo ideal, y mucho menos trabajar para un hombre emocionalmente bloqueado tampoco es su sueño. Sin embargo, debido a situaciones desesperadas, termina compartiendo techo con Mateo, convirtiéndose en la única persona capaz de enfrentar al gran abogado Lombardi.
Ella cree en el caos.
Él, en el control.
Una historia sobre corazones rotos, heridas invisibles y la posibilidad de amar cuando ya no creías ser capaz de hacerlo.