El Reino de Veridia era conocido como la cuna de la luz, pero para la Princesa Heredera Thalía, se convirtió en la tumba de su inocencia. A sus quince años, su vida era un tapiz dorado: amada por su pueblo y su familia, y destinada a un futuro de paz junto a su prometido, el apuesto y carismático Lord Kaelan.
Thalía no sabía que bajo la fachada de Kaelan y la dulce sonrisa de su mejor amiga, Lyra, se escondía una ambición fría como el acero. La traición llegó en la oscuridad de una noche sin luna.
El golpe no vino del exterior, sino del corazón.
Mientras las tropas de Kaelan invadían las murallas, Thalía fue testigo del horror. Sus padres, el Rey y la Reina, cayeron ante la espada de su prometido, y el castillo que era su hogar se convirtió en una hoguera de ambición. En el caos, Lyra la condujo a los acantilados del Mar Tempestuoso, su traición final grabada en un susurro gélido.
-No habrá otra Reina de Veridia
Con un empujón cruel, la vida de la joven Princesa se truncó. Thalía cayó al vacío, hacia las rocas oscuras y la espuma batiente. El usurpador, Kaelan, se adueñó del trono, proclamando a Thalía muerta y asegurando su reinado. Veridia, el reino de la luz, cayó bajo la sombra del hombre que había jurado proteger a su Princesa.
Cuando las olas la arrojaron a una costa lejana, una figura solitaria la encontró: el Rey Zarek de Tierraverde. Tierraverde no era conocido por la diplomacia, sino por el rigor militar y la dureza de su gente.
Zarek vio en la joven inconsciente, no a una princesa, sino a una herramienta de gran potencial. La niña estaba herida y, crucialmente, había perdido todos sus recuerdos. Su mente era una pizarra en blanco.
Zarek la tomó. Le dio un nuevo nombre y un nuevo propósito. La entrenó en la lucha, el manejo de la espada, la agilidad y la estrategia militar hasta que fuera una guerrera sin igual.
Al cumplir los dieciocho años, el Rey Zarek le reveló su verdadero plan.
Serás el arma política y la par