Cuando la abuela de Nayla muere, su familia decide mudarse a un pequeño pueblo donde todo parece detenido en el tiempo. A sus diecinueve años, Nayla sueña con convertirse en una escritora reconocida, pero en ese lugar que no siente suyo, lo único que encuentra es soledad y rechazo. Hasta que conoce a Narel.
Narel ha vivido toda su vida en ese pueblo. Sueña con ser director de cine, pero su realidad está marcada por una familia opresiva, enfermedades constantes y un futuro que parece escaparse de sus manos. Para él, Nayla es un soplo de aire fresco; para ella, Narel es el único que la hace sentir comprendida.
Unidos por el arte y sus sueños, ambos descubrirán un amor tan profundo como imposible, un amor que, aunque los salve en espíritu, no podrá liberarlos del destino. Porque hay amores que nacen para dejar huellas imborrables, incluso si nunca llegan a cumplirse.
Pablo, chico corriente que vive sumergido en sus problemas cuando se muda a vivir con su padre después de la perdida de su madre, descubre nuevos mundos y personas de la mano de una chica.
Arima, chica no humana que vive sumergida en un mundo lleno de destrucción y muerte se encuentra a un chico con el que aprende que humanizarse a lo mejor no es mostrar debilidad.