Cuando mi destino tocó mi pantalla

Nunca imagine que una simple notificación pudiera cambiar mi vida.
Era 2018, una mañana cualquiera, y yo solo estaba haciendo tareas del colegio cuando me llego una solicitud a de amistad de alguien que no conocía. La acepté sin pensar mucho... Y seguí con mi día, sin saber que ese clic iba a marcar el inicio de mi historia favorita.
Al principio, el solo reaccionaba a mis fotos, a mis historias y a todo lo que subía. Yo lo ignoraba porque no quería saber nada del amor. Pero un día, por puro aburrimiento, le contesté un mensaje. Y ahí empezó todo.
Las conversaciones se volvieron diarias, llenas de risas, confianza y una conexión que ninguno de los dos estaba buscando. Y cuando lo vi por primera vez, una chispa recorrió todo mi cuerpo. Algo estaba cambiando... Aunque yo aún no lo aceptaba.
Lo que comenzó como amistad virtual empezó a sentirse real. Diferente, bonito.
Porque a veces el destino no aparece con señales grandes...
A veces llega en silencio, disfrazado de notificación.