Después de que la verdad salió a la luz y el mundo perfecto de Chay se derrumbase, Kim quedó atrapado entre lo que siente y lo que teme. No hubo disculpas, no hubo explicaciones, solo un adiós silencioso que ninguno de los dos quiso decir.
Desde entonces, los días se vuelven más largos para Chay, que intenta convencerse de que lo olvidará... mientras cada canción que escribe lleva su nombre escondido entre líneas, el continuo con su carrera como cantante, logro ingresar a la universidad de música, la vida le sonrió muy bien pero.....
Kim, por su parte, lo observa desde lejos como siempre: sin derecho a acercarse, sin valor para hablar, el pudo presenciar el crecimiento de Chay no solo como cantante si no como persona, pero con un corazón latiendo demasiado fuerte cada vez que lo ve sonreír con alguien más.
Ahora, ambos tendrán que enfrentar lo que quedó después de la ruptura:
dos corazones rotos, demasiadas palabras no dichas, y una historia que nunca terminó... solo quedando inconclusa.
¿El silencio los separará para siempre o será lo que los haga volver?
Kara y su madre solo se tienen la una a la otra. Crecieron en la mansión Stone, no como parte de la familia, sino sirviendo en ella. Kara sueña con un futuro mejor, pero vivir tan cerca de los lujos ajenos y tan lejos de pertenecer a ellos tiene un precio.
Desde niña, guarda en silencio un amor imposible por Mark, el primogénito de la casa. Entre humillaciones, secretos y pérdidas, su vida se divide en tres etapas: la adolescencia que la marca, la adultez que la quiebra y la madurez como madre soltera que la pone a prueba una vez más.
Tres épocas, un solo corazón... y una historia que demuestra que, a veces, amar también duele.