¿Qué ocurre cuando el destino ruge más fuerte que la razón?
Sora siempre ha vivido en un mundo donde las palabras alfa, omega, delta o sigma no significan nada. Para él, la vida es simple: estudiar, sobrevivir al instituto, y evitar los dramas que no entiende. Pero todo cambia en una excursión escolar, cuando su grupo es atacado por criaturas que no deberían existir: lobos con ojos humanos y colmillos que brillan bajo la luna.
Gravemente herido y al borde de la inconsciencia, Sora apenas distingue la silueta de un hombre que lo observa con una mezcla de furia y deseo. Kaito, líder de una manada oculta entre sombras, no esperaba encontrar a un omega no despierto en medio del bosque. Mucho menos uno que lo hiciera temblar con una sola mirada.
Pero Kaito no está solo. En su manada conviven deltas, estrategas silenciosos que controlan el equilibrio interno, y sigmas, solitarios impredecibles que desafían incluso la jerarquía alfa. Cada uno tiene su rol, su instinto, su secreto. Y Sora, sin saberlo, está a punto de convertirse en el epicentro de una guerra de poder, deseo y redención.
Lo que sigue no es solo una lucha por sobrevivir, sino por entender un vínculo que desafía la lógica, el miedo y el instinto. Porque cuando el alfa encuentra a su tentación, ni el mundo ni las reglas pueden detener lo que está por despertar.
Kara y su madre solo se tienen la una a la otra. Crecieron en la mansión Stone, no como parte de la familia, sino sirviendo en ella. Kara sueña con un futuro mejor, pero vivir tan cerca de los lujos ajenos y tan lejos de pertenecer a ellos tiene un precio.
Desde niña, guarda en silencio un amor imposible por Mark, el primogénito de la casa. Entre humillaciones, secretos y pérdidas, su vida se divide en tres etapas: la adolescencia que la marca, la adultez que la quiebra y la madurez como madre soltera que la pone a prueba una vez más.
Tres épocas, un solo corazón... y una historia que demuestra que, a veces, amar también duele.