Drian Eckerman es el dueño de la ciudad. Rico, letal y líder de los Ferales, una estirpe de depredadores que gobiernan bajo la ley del más fuerte. Para él, la violencia es un idioma y la piedad, un mito. Durante diez años, ha vivido en un infierno de abstinencia, esperando el regreso de la única persona capaz de calmar a la bestia que vive en su sangre.
Dalia Vane regresa al pueblo en la ruina, desesperada por salvar a su hermana. Cuando todas las puertas se le cierran misteriosamente, solo aparece una salida: un contrato como asistente personal de Drian Eckerman. El sueldo es obsceno. Las condiciones, una sentencia: disponibilidad absoluta, 24/7.
Pero lo que Dalia firma no es un empleo, es una posesión. Drian no la quiere para trabajar. La quiere para respirar. Su obsesión no es amor, es una adicción biológica que lo obliga a matar a cualquiera que la mire.
Sin embargo, Drian ha cometido un error de cálculo. Dalia no tiembla ante su oscuridad; la absorbe. Ella no es humana. Y mientras Drian intenta devorarla con su fuego, descubrirá que hay algo más peligroso que una bestia hambrienta: Una mujer que no siente nada.
⚠️ ADVERTENCIA: Esta historia contiene Dark Romance, obsesión tóxica, violencia explícita y contenido +18.
Dicen que el amor no se impone.
Pero en el mundo de la magia ancestral, las promesas se sellan con sangre... y obediencia.
Aurora Blackwood fue criada para obedecer.
Tom Riddle, para dominar.
Él, heredero del legado más temido del mundo mágico.
Ella, destinada desde su nacimiento a convertirse en su esposa.
Un matrimonio pactado.
Dos desconocidos que comparten un apellido antes que una historia.
Y un vínculo que, sin quererlo, los arrastrará a lo más profundo de la oscuridad...
Y del amor.
Porque incluso entre las sombras, puede arder la llama de lo prohibido.