Otra vez me levanto en una cama que no es la mía, rodeada de unos brazos de alguien que no conozco, de alguien de quien no recuerdo el nombre, anoche bebí mucho y creo que hasta llegue a drogarme, todo para que este sentimiento de culpa al acostarme con alguien diferente cada noche por dinero se desvanezca, para que este asco que siento de mi misma disminuya con cada trago de vodka. Yo nunca decidí ser lo que soy, yo no me lebante una mañana y decidí ser una prostituta, una dama de compañía, yo tenía sueños, esperanzas como las tiene cualquier persona. Toda mi vida cambio después de esa noche, mi mundo se acabo, mis sueños, mis esperanzas, todo lo que fui acabo, mi alma murió, solo quedó un cuerpo sin vida, sin nadie por dentro.
El amor no se hizo para mi, para mi ya no hay nada que sentir, solamente hay soledad.
Esta es mi vida, esto es en lo que me convirtieron, esta es mi nueva yo, ESTA ES MI HISTORIA.
¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acción, los deportes y no se preocupaba demasiado por lo sentimental.
A pesar de sus diferencias, había algo en Lynn que atraía a Issabella. Tal vez era su valentía o su determinación, o quizás el hecho de que Lynn no temía ser exactamente quien era. Mientras que Lynn también sentía cierto interés en Issabella, no entendía como no podía tentarse en ganar y ser la número uno, veía que ella era como una suave brisa que acariciaba el rostro hasta de quien no merecía con dulzura, dulzura que raramente a Lynn le encantaba.