Según la televisión, novelas, películas, libros, series y más, tener quince años es estar en el apogeo de la vida. Fiestas descontroladas, el año en donde el chico popular y guapo de tu colegio mágicamente te dice que siempre te ha amado y que es vampiro, ó donde H te grita "FEA" y luego tienen toda una historia de motocicletas y amor; o también, cuando te mandan a un internado sólo de mujeres y tienes la historia de tu vida con el hijo de la directora.
Cruel y vil mierda.
Para mí los quince años es: pasar en mi cuarto estudiando porque si no mis padres me castigan. Leer en la computadora hasta que me sangren los ojos porque no tengo dinero para comprar libros, descargar música ilegalmente, pedir dinero a mis padres y finalmente escuchar la mierda que hablan mis compañeros de clase, en dónde, por su puesto no hay un Dylan O'brien.
Así que aquí estoy yo, Noella, un total fracaso adolescente.
Noella, es aquella chica que no espera nada de la vida, se la pasa escuchando música y tiene la cabeza entre sus libros. Esta será su historia, en la cual describirá como obtuvo la vida adolescente de película, quizás no con los mejores resultados, ni sabiendo si luego se arrepentiría. También está este chico que la llevará a conocer su realidad, la parte cruel y melancólica de la vida, en la cual la felicidad no va más allá de una guitarra y un cigarrillo.