La belleza, en la mente de Sarahí Vera, era un cheque sin fondos. Te prometía oportunidades, pero te condenaba a ser vista, no a ver. Y ahora, a sus veintitrés años, sentada en una cafetería ruidosa de la Ciudad de México con la laptop casi sin batería y tres sobres de azúcar vacíos, el glamour de su apariencia no pagaba la renta.
Se había graduado con honores en Fotografía Artística, sus composiciones eran aclamadas por la crítica universitaria, pero el mundo real solo le ofrecía trabajos en eventos sociales o vendiendo cámaras. Su pila de currículums rechazados era una torre de frustración.
Necesitaba algo grande. Necesitaba un golpe de suerte que la sacara de la espiral de la precariedad.
Deslizó el mouse por la pantalla, revisando portales de empleo por centésima vez, cuando una publicación reciente la hizo jadear, el corazón latiéndole contra las costillas con una fuerza alarmante:
Título: FOTÓGRAFO(A) CREATIVO(A) JUNIOR para Agencia de Talento Élite.
Empresa: Savage Management Group (SMG).
Requisitos: Portafolio sobresaliente, discreción, disponibilidad inmediata para proyectos de alto perfil.
SMG. La agencia más exclusiva y hermética que gestionaba a artistas de renombre internacional. Eran conocidos por ser despiadados en los negocios y por mantener a sus talentos blindados. Conseguir ese puesto no era solo un trabajo; era la llave a una nueva vida.
Sarahí se inclinó, sintiendo el subidón de adrenalina. Olvidó el hambre, la cuenta pendiente y el miedo. Este era su momento.
Abrió su carpeta digital de portafolio-sus obras más oscuras, centradas en la arquitectura y el rostro humano como paisaje- y comenzó a escribir el correo electrónico más importante de su vida. No solo se postularía; ella demostraría por qué la necesitaban. Envió la solicitud a las 11:11 p.m., deseando en secreto que este fuera su único milagro.
Tras un accidente en pleno siglo XXI, Turquesa despierta en la época prehispánica, en el corazón de Tlaxcala. Desorientada y confundida, es capturada por Xicohténcatl, el legendario líder guerrero tlaxcalteca, quien la ve como una espía, un presagio de un destino funesto.
Atrapada en un mundo que le resulta tan fascinante como peligroso, ella intenta sobrevivir y adaptarse, sin revelar demasiado sobre su origen. Sin embargo, su inteligencia, su forma de hablar y su conocimiento del futuro despiertan la curiosidad -y el corazón- de Xicohténcatl.
❝Lo único seguro es que todos los imperios tienen grandes secretos.❞