En el verano de 1962, Derry parece un pueblo detenido en el tiempo: calles tranquilas, bicicletas apoyadas en cercas blancas y niños corriendo entre risas... pero bajo esa calma, algo oscuro despierta cada veintisiete años.
Teddy Uris, un chico de trece años tímido, imaginativo y lleno de preguntas, intenta disfrutar sus vacaciones mientras lidia con el peso silencioso que carga su familia y con la sensación constante de que en Derry algo no está bien.
Pero ese verano cambia por completo cuando conoce a Jane Campbell, una niña curiosa, fuerte, con una valentía que no admite explicaciones, recién llegada al pueblo y ajena a los susurros que todos prefieren callar.
Lo que comienza como una amistad inocente -risas junto al río, caminatas al atardecer, promesas hechas entre luces de luciérnagas- se transforma en un amor suave, torpe y auténtico. Un amor que nace justo cuando la ciudad empieza a volverse extraña: globos rojos donde no deberían estar, sombras que parecen seguirlos y una presencia que solo se deja sentir cuando nadie más mira.
Mientras Teddy y Jane descubren lo que significa enamorarse por primera vez, también deberán enfrentar el secreto más oscuro de Derry. Porque en este pueblo, incluso el primer amor puede ser observado por ojos que no pertenecen a ningún ser humano.
Y en el verano del 62... Derry está hambriento.