En una de las zonas más exclusivas de la ciudad de Lima, vivía una chica llamada Julia Kim. En Casuarinas, el silencio y la paz reinaban. De lejos, su vida parecía perfecta, siempre con lujos. Tenía una mejor amiga llamada Ximena Lee, quien era su confidente y cómplice de aventuras. Sin embargo, tenía amistades con mansiones y hermosos jardines llenos de flores, carros de marca y ni qué decir de sus exitosos padres. Tenía todas las comodidades que cualquiera podría desear. Pero su mundo por dentro estaba totalmente roto, vacío y no sabía quién era. Desde niña, Julia había soñado con actuar y ser artista. Pasaba en secreto viendo series, películas y recreaba escenas ficticias. Sin embargo, ella iba a la Universidad de Lima, donde estudiaba Negocios Internacionales, una carrera que sus padres eligieron para ella. Un día, cuando salió de su casa en camino a la escuela, subió al taxi que la esperaba afuera. El taxista era un joven de rostro fino, cabello azabache y guapo.