¿Cómo te sentirás si un día despertaras, y todos se hubieran ido? Feliz, ¿no? Sí. A mi también me gustaría sentirme feliz alguna vez, algún momento. Aunque sea un ínfimo instante. Todo empeora. Todo es cada vez más oscuro. ¿Mis esfuerzos? Como siempre, son en vano. Segunda, tercera, última opción de todos. Incluso mía. Voces. Sangre. Gritos. Agonía. Mi mente es mi propia enemiga, mis demonios cada vez son más externos, cada vez son más fuertes. Todos están a mi alrededor, pero nadie nota que me desmorono cada día un poco más. No hay límites; no los conozco. Cada hora, cada minuto, cada segundo que transcurre, me auto-destruyo incansablemente hasta el día en el que todos mis órganos den su último signo vital.